lunes, 15 de abril de 2013

LEJOS EL MEJOR

El mote le cabe para Sarmiento y su paso arrollador en esta primera fase del Torneo Argentino B. El equipo de Chaparro fue netamente superior a todos sus rivales, y salvo contadas ocasiones se vio superado en el juego.
Luego de un comienzo infortunado con dos derrotas sobre el lomo, Capitano dejó el equipo y se hizo cargo el formoseño para poner las cosas en su lugar, acomodar cuestiones tácticas básicas en el equipo dentro de un buen plantel, más la autocrítica de los jugadores sacaron a flote una situación con comienzo lamentable.
Habíamos expresado en su momento que aquella presentación con derrota ante Textil Mandiyú fue humillante y echa técnico si se tratara de una fecha 10 de campeonato, sin embargo la despedida de Capitano no tardó en llegar en la siguiente jornada, no solamente por el rendimiento del equipo, sino porque nadie lo bancaba ya al entrenador rosarino.
Llegó Chaparro y con él fue la vuelta del grupo de dirigentes antagónicos en el “Decano” conocido como los “Dinosaurios” a manejar cuestiones del plantel y la vida institucional del club. Anteriormente a esto su participación era casi nula. Chaparro fue acercado por Horacio Muñoz, pero fue concensuado entre todos los “Dinosaurios”, quiénes no querían cometer nuevamente el pecado capital de traer un entrenador costoso y con demasiada “chapa”. El “Tuti” era un viejo anhelo de esta parte de la dirigencia, pero a quién no hubieran ido a buscar bajo ningún punto a comienzo de campeonato.
El equipo comenzó a levantar ostensiblemente su performance en el torneo, prueba de ello que elaboró una cadena de victorias y jornadas sin derrotas de 18 partidos consecutivos, hasta que cayó en Formosa ante San Martín, pero ya en las puertas de la clasificación que logró en la siguiente fecha goleando a Comunicaciones.
Lo que logró Chaparro que tuviera Sarmiento, es una identificación en su juego, el equipo sabe perfectamente a qué juega, y más allá de los cambios de nombres, la estructura táctica y el concepto se mantienen. Igualmente el equipo tiene afianzado los titulares, y de no haber cambios por lesiones y expulsiones, está definido.
Aquello que parece tan simple de pasarle la pelota a un compañero y que se muestra como la regla básica cuando se habla de fútbol, hoy es muy complicado de hacerlo. Sarmiento es un equipo paciente, aguerrido y explosivo. Sabe tener la pelota con intérpretes muy capacitados como Arce, Scatularo, Maidana en su momento antes de la lesión; es fuerte defensivamente con tres hombres que pasan poco al ataque pero que a medida que transcurrió el campeonato se fueron acomodando casi a la perfección como: Correa, Centurión y Marín. Y es explosivo y dinámico cuando la tiene Brizuela, el tipo que va a los bifes y le impone el cambio de ritmo cuando el equipo lo necesita. Arriba está Cáceres, lo trajeron para hacer goles y está respondiendo con creces, ya hizo más que el año pasado.
En el medio de todo este panorama a Chaparro y su cuerpo técnico quisieron imponerle un nuevo preparador físico aduciendo que el equipo que sacó 10 puntos de ventaja se caía en este sentido en los segundos tiempos. Parece increíble, pero estos rumores que fueron ganando la opinión pública, nacieron desde la propia dirigencia del club, y de los mismos que lo fueron a buscar a Chaparro. No soy machista, pero el comportamiento de los dirigentes pareció propio de una mujer histérica.
Estos dirigentes que a viva voz afirman que quieren ascender, son los que ponen los palos en la rueda por cuestiones de vedetismo personales. La pregunta cae de maduro, ¿Se quiere ascender negando la posibilidad de entrenar al plantel en su propio estadio porque hay un partido de Copa Argentina?, esto sucedió después de haberle ganado claramente el clásico a For Ever. ¿Se quiere ascender cuestionando al entrenador que trajeron con cuestiones absurdas?. ¿Para qué vino Alexis Gasparin, el profe rosarino?, si ya sabemos a tomar unos tests a los jugadores; pero fue tan tomada de los pelos esa decisión que llegó en un momento en que los jugadores titulares estaban haciendo una mini pretemporada, por ende era fehaciente que los resultados no iban a dar óptimos. Los profesionales entendidos en la materia aseguran que los tests hay que hacerlos al comienzo y al final de los trabajos físicos exigentes y no durante, en fin. Aquí se opina de todo y con una liviandad asombrosa.
Como en todo matrimonio que se pone un proyecto en común, hay que ceder cosas: los dirigentes tendrán que tener protagonismo en otro sentido, en la tarea que a ellos les concierne y no “meter” la cuchara en temas que tocan de oído. El cuerpo técnico tendrá que afianzar conceptos y corregir detalles para llevar al equipo a la gloria. Y el hincha apoyar desde su lugar, hoy salvo el partido contra For Ever, el hincha le dio la espalda al equipo no concurriendo al estadio.
En este barco que vislumbra el ascenso, todos tienen que tirar para el mismo lado; es absolutamente cierto lo que expresa Chaparro a cada instante, “..Hace mucho que Sarmiento no está como ahora”. Pero para concretarlo todos tendrán que estar en la misma vereda y encarar para el mismo lado, de lo contrario todo será en vano.