lunes, 16 de abril de 2012

¿A QUÉ VA A JUGAR FONTANA?

Son días extraños para el equipo que conduce Talavera, marcados por la emoción y el momento histórico por el cual está atravesando, al clasificar a los cuartos de final del TDI; y compartir con la mejor forma de disputar sus encuentros para llegar al objetivo final del ascenso.
En esta etapa donde comienzan los verdaderos torneos y el desafío de los grandes equipos, Fontana dejó en el camino sin inconvenientes a San Carlos de la Escondida y Sol de Mayo de Formosa; aquí no sufrió sobresaltos en el juego y mucho menos en el resultado. A saber, a San Carlos le ganó en Plaza 3 a 0, y después por los disturbios el partido de vuelta no se jugó. Con Sol de Mayo empató en Formosa, y luego lo humilló de local al “meterle” 10.
Pero sí, Atlético Laguna Blanca, le generó en el subconsciente a Talavera, la manera de plantear los partidos de aquí en adelante. Los formoseños fueron superiores en varios pasajes de la serie, negar esto, sería tapar el sol con las manos y negarse el cuerpo técnico, a sacar conclusiones a futuro. Fontana encontró los goles de la llave, merced a la astucia individual de Sundberg, más que a una acción colectiva elaborada.
El equipo se puso en ventaja de local cuando en el desarrollo del  juego no lo ameritaba, y empardó la serie en Laguna Blanca, en un instante sublime del partido. Fontana tiene una gran virtud en este sentido, no le hace falta manejar el hilo conductor del encuentro, para ponerse en ventaja, sus goles, al menos en esta serie, no cayeron por decantación o fruto de su juego atildado y de bloqueo al rival; sino por acciones individuales o acierto en jugadas puntuales.
Lo reconoció el propio Talavera al finalizar el partido de ida, al afirmar que su equipo “equivocó el camino”. Esto es, Fontana se terminó defendiendo sin la pelota y con hombres que no están capacitados para cumplir esa función determinada. Por el dispositivo táctico y los jugadores que puso en cancha Talavera para los dos partidos, el DT se imaginó que su equipo iba a tener mayormente el control de la pelota, y cito específicamente a Willy Carbone y a Dardo Kreni.
Carbone es un volante más de creación que de obstrucción y Kreni es un delantero con poco gol, devenido a volante izquierdo. Ellos eran el circuito que Talavera pensó para arrimarle juego a “Canicho” Almirón. Más Mendoza como volante central que a pesar de sus características de recupero, no es un jugador negado con la pelota ni mucho menos. Talavera diagramó éste esquema luego del partido que fue a ver a Formosa entre Sol de América y el propio Laguna Blanca.
Sin embargo el conjunto “Verde” del interior formoseño, le quitó la posesión de la pelota en la mayor parte de los 180 minutos de juego y Fontana nunca se sintió cómodo a la hora de elaborar su estrategia. Es más, sufrió permanentemente por los laterales con volantes que pasaban siempre al ataque y con buen control del útil del fútbol. La tarea de Villalba y Peralta fue sublime en Chaco. El zurdo chaqueño pudo mantener ese nivel en la primera etapa en Laguna Blanca y luego se fue diluyendo.
Para el cotejo de vuelta, Talavera mantuvo el mismo esquema y la misma idea, a pesar de los dos cambios obligados, uno por suspensión, el de Orzúzar por Fernández; y el otro por lesión, Reyes por Escobar. El partido se volvió a presentar en la primera etapa con un amplio predominio de Atlético Laguna Blanca, casi fue un calco de lo que pasó en Fontana. Es como si el DT dijera, “quiero morir con la mia”, con lo que pensé, más allá de los avatares por los cuales estaba navegando.
Peralta era incontenible para Carbone y Gustavo Urbina, ahora ayudado por la tarea de Filippini, un lateral izquierdo con muy buena pegada, y por ese sector Atlético encontraba una zona liberada para sus aspiraciones. De más está decir que por allí vino el gol, el centro preciso pero sin nada de marca de Filippini, para la cabeza de Lunghi que resolvió con un toque de testa al palo más lejano de Scarel. Por el otro sector Kreni controló mejor a Villalba, de hecho el volante formoseño se fue reemplazado en el segundo tiempo ante la intrascendencia de su fútbol.
Fueron momentos álgidos por los cuales naufragó el “Taninero”; en el segundo tiempo, ya se acomodó mejor por el rápido gol del “apaga incendios” Sundberg; pero también por el acierto de Talavera en los cambios. Al consumarse el empate que le daba la clasificación, sacó de la cancha a un irrelevante Almirón, para que ingrese Cabral y formar dupla de doble cinco con Mendoza; luego salió Sundberg y sumó a la mitad de la cancha a “Pachona” Franco, para correr a todos y prodigarse en ataque. Finalmente cuando Laguna Blanca, volvió a recuperar el balón, pero no las ideas, y era puro centros para el cabezazo de Lunghi, entró Leo Giménez por Reyes, y el hombre de Alvear tuvo tres intervenciones propias de un defensor de elite.
A diferencia de los demás partidos, Fontana ante Laguna Blanca, no tuvo el control del juego, pero fue contundente a la hora de definir, por mérito propio de sus futbolistas, más que por acciones colectivas pergeñadas. Y esto es lo que tendrá que evaluar su DT de aquí en adelante; si lo hace de esta forma, donde potencialmente tiene futbolistas con estas características como Escobar y Sundberg; o si intenta darle un mayor lucimiento a su juego con futbolistas capacitados para ello, da la sensación que la idea del cuerpo técnico, al menos por lo expuesto en estos últimos juegos, es la segunda; el tema es cuando no tiene la pelota. Es una decisión si se quiere fundamental en torno a sus aspiraciones.
El equipo de Talavera todavía está afinando los instrumentos. La serenata que viene es larga y difícil. Hay intérpretes para hacer una melodía armónica. El desafío será encontrar la partitura justa.