Crónica de una muerte anunciada, final anunciado, títulos que seguramente sobrevuelan las redacciones de los diarios y el pensamiento de los hinchas. Lo cierto, y lo concreto, es que finalmente Sarmiento, con Capitanich a la cabeza, y como único estandarte y soporte de Capitano en los últimos meses, decidió soltarle la mano al entrenador.
Lo de Capitanich, fue como el sacerdote que va a entregar el mensaje póstumo, ambos sabían que el final se acercaba, la situación se volvía cada vez más insostenible, y el detonante definitivo fue el desastre de los hinchas ante Fontana, que “amparados” en el resultado negativo mostraron a todos sus miserias.
Capitano salió fortalecido en su momento, luego de aquella renuncia, hace unos meses, donde ponía al descubierto la interna con cierta parte de la dirigencia. El resultado fue alentador para el DT, Capitanich lo respaldaba, y los dirigentes en cuestión pasaron al archivo más remoto.
Mientras tanto el plantel se seguía preparando para afrontar el segundo torneo consecutivo. Con la base del año anterior, más los refuerzos que llegaron, Sarmiento, se candidateaba como uno de los principales protagonistas de la lucha por el ascenso. A esto había que sumarle que el cuerpo técnico y varios de los futbolistas que quedaron, y los que vinieron, ya conocían la categoría.
Los amistosos fueron dejando en claro, que el equipo física y futbolísticamente estaba no menos de 7 puntos, para comenzar el campeonato, sin embargo toda la previa, se dio de bruces contra la realidad.
El equipo jugó pésimo contra Textil Mandiyú, no tuvo reacción, actitud, nada. En el segundo juego, reciente, ante Fontana, se mejoró ostensiblemente la producción, pero el resultado fue el mismo; y allí si el final se aproximaba. Tanto irritó a Capitanich la falta de contacto con Capitano, que decidió dejarlo cesante sin darle otra oportunidad, justo antes del juego contra For Ever.
Capitano se fue ganando enemigos íntimos, desde todos los sectores; dirigentes, hinchas; y hasta de cierto sector de la prensa, que vaya a saber uno con qué intereses, publicaba en las redes sociales lo que ganaba el entrenador. Una locura total y un despropósito.
Desde nuestra ética periodística siempre tratamos el tema con sumo respeto, más allá de las diferencias que teníamos con el técnico, y se lo hacíamos saber cara a cara, como debe ser, y no con publicaciones absurdas.
No intentaré hacer una defensa de Capitano, ni mucho menos, ¿pero en qué tiene la culpa el DT, si el pide un dinero y se lo dan?. ¿O uno en un trabajo va a pedir menos de lo que vale?. La culpa no es del chancho, sino de quién le dio de comer durante tanto tiempo, hasta que se dio cuenta que el chancho no caminaba. ¿O tiene la culpa el ahora ex DT, de viajar a Europa, en plena formación del equipo, o irse a Ecuador, durante la pretemporada, o demorar sus licencias cada vez que iba a Rosario por X motivo?.
Quizás la salida de Capitano sirva para descomprimir la situación, la historia por venir, comenzará a escribirse en las próximas horas, y al final del camino, sabremos fehacientemente si estos casi dos años, del proyecto que se trazó a cuatro, no fueron en vano. Sólo el tiempo lo dirá.
