martes, 20 de marzo de 2012

EN EL FÚTBOL ESTÁ TODO INVENTADO

¿Qué es lo que quiso hacer Capitano, confirmando el equipo para el clásico con dos días de anticipación y luego cambiando sobre la marcha la misma tarde del juego?. ¿Pretendió el DT de Sarmiento, jugarla de “vivo” y sorprender a Medina?. Todo es válido en éste bendito juego, como también es cierto que todo está inventando, y más allá de las “sorpresas”, lo que prima a lo largo del partido es la astucia de los jugadores.
En la relación técnicos – periodistas, los DTS, gozan viendo a los colegas deambular por los entrenamientos con el único fin que al concluir la semana, tener la “primicia” de la confirmación del equipo. Quiero decir que yo también asisto permanentemente a las prácticas, pero la verdad, lo que menos me interesa es cómo va a formar el equipo, sino ver la calidad in situ de los trabajos de los técnicos, poder conversar con ellos de fútbol y observar la manera de moverse de los futbolistas en sus ensayos previos a la gran gala del fin de semana.
Los once titulares, son un detalle, es cierto que es importante, pero más que nada para el hincha que quiere saber cómo va a formar su equipo. Sin embargo los técnicos guardan celosamente este secreto hasta horas antes del partido, entendiendo en muchos casos que nos perjudican o nos esconden a nosotros el equipo.
La “avivada” de Capitano, tuvo que ver con aquellas viejas gestas de Copa Libertadores, en la cual se valían de cualquier tipo de artimañas como para sacar provecho mínimamente, en pos de un triunfo. Sorprendió Capitano, es cierto, con la presencia de Muller y de Rivas en el clásico; para bien y para mal, con dos futbolistas que no habían tenido minutos en la práctica con el equipo titular. A veces estas decisiones de los técnicos parecen rozar más con la improvisación, que con el factor sorpresa.
La presencia de Muller por Martinich, no fue un cambio estratégico, ya que el rosarino se paró como lateral izquierdo en una posición que evidentemente no siente. Muller, cerró mal todas las veces, no cabeceó, no se proyectó en ofensiva; Serravalle lo pasó “caminando” en la jugada del empate, etc. Por esto lo de la improvisación, porque no se entiende que Martinich haya compartido la mayoría de los minutos en la práctica con los titulares y luego no vaya ni siquiera al banco de suplentes. Es fundamental para una defensa, sentirse segura, no sólo dentro del campo de juego, sino también tener el respaldo del cuerpo técnico. Esto no significa tener el puesto asegurado.
A saber, cómo se comportó Sarmiento en defensa a lo largo de la gestión Capitano, prácticamente nunca el DT puso a los mismos hombres. Se insistió con Correa en todas sus versiones; el ex Crucero del Norte, jugó por derecha, por el centro, por izquierda, como líbero y stoper. En los primeros tiempos del proceso comenzó jugando con Farías por derecha, Brítos y Centurión por el centro, y Domínguez por izquierda. Luego Farías se lesionó y “Conejo” Domínguez no tuvo más lugar en el equipo, con la salvedad que nunca lo probaron en su puesto. Brítos perdió la titularidad a manos de Reynoso que se transformó en el capitán del equipo, para luego alejarse por venta a Chile. Centurión también fue mutando en el fondo, ya sea con línea de tres o de cuatro, el formoseño es fija y tiene que “jugar” para el DT, más allá de su expulsión ridícula ante San Martín. Cabral y Coimbra, son otros de los abonados a trabajar en defensa, y así siguen las firmas.
Volviendo al partido ante For Ever, lo de Rivas fue muy positivo, porque desde su posición (recostado por derecha), permitió la liberación de Orzán, uno que raspa mucho, pero que también juega. El sector derecho de Sarmiento fue de lo mejor con lo que contó el equipo para desbordar. Galarza y Villalba, no hacían pie ante la adversidad de jugadores “Decanos” en esa zona. Es cierto, se volvió a jugar con un solo referente de punta, pero en esos primeros instantes del juego, Sarmiento fue muy superior a su rival.
Como viene sucediendo desde el comienzo de temporada, Sarmiento sigue dependiendo de las individualidades, que por ahora se iluminan pocas veces, más que de un rendimiento colectivo estable. En cada presentación tenemos que hablar del buen trabajo de Orzán (el mejor lejos de todos), lo que aporta Zampa en la marca, las “lagunas” de Closa, la vuelta al gol de Ortellado, los arranques de Bandiera.
Más allá de la saludable intención del DT de jugar a los toques en una categoría que no está acostumbrada a hacerlo, no debemos caer en la falsa interpretación que eso es jugar bien al fútbol. Igualmente no quiero caer en la locura resultadista, bueno esto en Sarmiento tampoco se da, el equipo no logra mantener los buenos rendimientos que tiene durante el partido, y termina cayendo indefectiblemente en el marcador. Los 7 puntos de más que debería tener el equipo, según la óptica de Capitano, es tan discutible como rebatible. Aunque no lo crean, el fútbol sigue siendo un juego de dos arcos.