martes, 8 de mayo de 2012

¿QUÉ PRETENDE REGIONAL?

Conocida la decisión de Héctor “Poli” Solís de no presentarse a la práctica del equipo, por las puteadas que recibió en el último partido ante Juventud de Tirol de parte de los hinchas y de ciertos “dirigentes”, nace la pregunta del título.
Hoy “Poli” Solís está prácticamente afuera, lo dijo el mismo, “Doy un paso al costado para que la dirigencia obre con tranquilidad y otro entrenador pueda hacer mejor trabajo que el mio”. Lo expresó irónicamente, es cierto, en todo sentido. Porque a la frase siguiente, inmediatamente destacó, “A estos dirigentes les falta capacidad de gestión; hoy Regional está muy mal”. Y con respecto a la llegada de otro DT, lo sabemos todos en éste ambiente futbolero que nos rodea finde tras finde, que ningún técnico es mago y no podrá hacer maravillas en un plantel con escasísimos jugadores.
La movida que intenta Regional, desde todo punto de vista y por un sector de la dirigencia que está dividida y que sigue teniendo, evidentemente, injerencia en el club, es una locura. Esta movida, significa, ni más ni menos, sacarlo a Solís del medio, porque no pudo ganar en el campeonato. Se parece más a una decisión de un hincha en el poder, que a dirigentes serios, que pretendan lo mejor para su institución.
La división en la cúpula dirigencial del “Expreso” es antagónica, son los mismos personajes nefastos que lo llevaron a la intervención. Cuando el club, volvió a ser club, la gente de Regional se volvió a equivocar al poner a un pistolero como presidente. La gestión de Castillo, fue funesta, en lo económico; y en lo deportivo echó al técnico que lo sacó campeón al acusarlo de coimero, cuando el mismo Castillo, le entregó billetes falsos para pagarle a los jugadores una vez conseguido el tan ansiado campeonato.
Castillo terminó su mandato en diciembre, pero quiso continuar en su cargo sin mediar asamblea, cuando ya el clamor popular, el mismo que lo había erigido como presidente se daba cuenta del grave error cometido. Después de muchas idas y vueltas, tomaron las riendas Santacruz y Aguirre, como presidente y vice, provenientes de un sector de la hinchada.
En el medio, se acercaba la competencia del Torneo del Interior, donde Regional, increíblemente decidió jugar, sin tener ni siquiera técnico a un mes del comienzo del campeonato. Alejandro Bustos y César “Pachulo” Fernández, se hicieron cargo del equipo en el último tramo del torneo anterior, sólo para dar una mano; de hecho, “Pachulo” todavía se siente y piensa como jugador. Para “Ale” si, significó el paso que debía dar definitivamente de transformarse en un gran futbolista, a un incipiente DT.
Fue tanta la desidia en el último tramo de la gestión de Castillo, que el propio Bustos era la voz cantante como DT y dirigente; esto, llevó a pelearse con un amigo y uno de los referentes del plantel como José Luis Blanco. El “Jóse” reclamaba para sus compañeros lo que le habían prometido en su momento de premio por disputar la Copa Chaco.
Con la llegada de la nueva dirigencia, se manejaron dos nombres para el cargo de técnico; uno con pasado “Regionalista”, y productor de una de las mayores alegrías de los últimos años de la institución, como “More” Castro. Pero, “More” ya había dado su palabra a Central Norte; y allí sonó fuerte el plan B: Héctor “Poli” Solís.
“Poli” venía de una experiencia infortunada con Parque Patricios, y encontraba a la vuelta de la esquina una revancha rápida y un club con historia, con mucha gente y con una competencia que lo seducía, a pesar del escaso tiempo que iba a tener para preparar el equipo.
Y allí fue “Poli”, con su aspecto de tipo bonachón, que no seduce por su facha, pero si por sus conceptos claros; es un DT que conoce muy bien su oficio, dentro y fuera de la cancha. Es un obsesivo del trabajo y sobrevuela hasta en los picados de barrio para detectar solitarios cracks sin destino y hacerlos suyos.
Lo demás es historia conocida y reciente, Solís llevó a Regional con un plantel diminuto a lugares impensados en el TDI; quedó eliminado por un polémico fallo arbitral en la segunda fase en Formosa; cuando no?. Después se fueron jugadores base del equipo y tuvo que volver a armar todo de nuevo para jugar el torneo Apertura de la Liga. Es cierto, hasta aquí los resultados no lo acompañaron como en el torneo del interior; pero es aquí donde la dirigencia debe tener la calma y la mesura para aguantar a un técnico, por sobre los desaforados hinchas que gritan improperios en la tribuna.
Un dirigente no puede estar puteando al propio técnico y marcando a viva voz los cambios que tendría que hacer el DT a toda la cancha. El dirigente debe estar en otra cosa, su trabajo es en la semana, para conseguir buenos dividendos para su club, para que los jugadores y las disciplinas que se practican en la institución mejoren. El dirigente debe tener proyectos elaborados, una mirada fina acerca de lo que vendrá en el futuro y anticiparse; ya no alcanza con vender locro o pastelitos a la salida de la cancha, hoy para manejar un club hay que tener otros atributos. Y esto es a lo que llama Solís, falta de gestión.
El fútbol padece una enfermedad incurable: el resultadismo, agravado por la ausencia de medicamentos eficaces para neutralizarlo. Y mas allá que el entrenador siempre está en una situación desventajosa, y cada vez le resulta más complicado dejar de ser el fusible frente al problema, los dirigentes son los que deben poner la cordura.
El “Expreso” ya se devoró en los últimos años a técnicos como: Julio A. Acosta, José Fernández, Juan Carlos Castro y Alejandro Bustos; todos con riñón en el club, y que se fueron en algunos casos muy mal. “Poli” Solís, no es de ese riñón, y sin embargo hoy también se está retirando en forma poco ortodoxa. Me niego absolutamente a que los jugadores decidan sobre la continuidad o no de un DT, más allá de lo que graficó tan bien, Carlos Trullet, minutos después de ser despedido de Atlético Rafaela (sobre los jugadores con los que había ascendido en la temporada pasada); “Hoy los que mandan son los jugadores. Ellos son los más fuertes en los clubes y carecen de solidaridad, ya que cuando las cosas empiezan a salir mal bajan su rendimiento porque saben que si se va el técnico quedan todos limpios, tanto ellos como los dirigentes”.
Para cerrar voy a convocar al fantástico personaje de Roberto Gómez Bolaños, el “Chapulín” Colorado, y me permito modificarle su frase de cabecera, adecuada a la ocasión. Hinchas, jugadores y dirigentes de Regional se tendrán que preguntar seriamente, si “Poli” Solís no continúa en su cargo; “¿Y ahora quién podrá dirigirnos?”.