viernes, 24 de mayo de 2013

LA DESILUSIÓN DE SARMIENTO

Cuesta analizar solo el partido ante San Martín, porque ahora sí, y no antes, hay que hacer un análisis general de la temporada, tratar de encontrarle un porqué a la desilusión que vivió el hincha; ese que se levantó a las 6 de la mañana, se fue a trabajar, y rápidamente a la salida se “escapó” para Formosa a ver el partido a pesar del frío y la lluvia; o ese que se privó de una siesta reparadora para escuchar el partido por la radio; o en definitiva el hincha genuino que acompañó durante todo el año.

Los replanteos hay que hacerlos a partir de ahora “dirigentes”, y no una semana atrás con decisiones erróneas de echar al técnico que mayor cantidad de puntos le dio al equipo en los últimos años, y aún cuando todavía existían reales posibilidades de clasificación. Los propios dirigentes de Sarmiento, cercanos al fútbol, fueron los primeros que tiran la toalla antes de tiempo. Fueron los mismos que instalaron la idea que el plantel estaba mal físicamente siendo neófitos en la materia, cuando el equipo ganaba todo.

En éste análisis deberíamos excluir el tema presupuestario que manejó el club, al menos desde la parte que la asocia estrictamente a los resultados deportivos; no siempre gana el que más plata tiene. Es cierto que debe haber un combo de cuestiones, pero en este sentido Sarmiento lo que tuvo, lo manejó bien, esto es: viajó con anticipación, en buenos micros, fue a muy buenos hoteles, concentró el tiempo necesario. Estos son los ponderables que soluciona el dinero, y en este item, el club no “tiene la culpa” de tener un mayor ingreso que otro planteles, ahora en la cancha siempre serán once contra once.

El propio plantel también deberá hacer su autocrítica pública, no porque los periodistas necesitemos su palabra para llenar espacios en la radio o en los diarios, sino para que le expliquen a la gente porqué no se llegó al objetivo trazado cuando todo marchaba sobre rieles. Ahora, tiene que ser una autocrítica seria, responsable, y no excusarse en los arbitrajes, que te perjudican es cierto, pero en otras te benefician, porque son malos dirigiendo en muchos de los casos, pero no corruptos, y si lo son habrá que comprobarlo cosa que es muy difícil de lograr.

“La única verdad es la realidad”, decía el General Juan Domingo Perón; y éste plantel ante San Martín, en el partido más importante de la temporada no estuvo a la altura de las circunstancias. Jugadores con muy bajo rendimiento que tiraron por la borda todo el gran trabajo hecho en la primera fase. Punto aparte para las expulsiones, ante los formoseños la forma en que se hicieron echar Cáceres y Arce hace mucho ruido, no se pueden “borrar” de esa forma dos referentes y jugadores indispensables para el equipo. Lo de Arce es más discutible, especialmente la segunda amarilla que el árbitro le saca por una supuesta mano, pero Arce lo “sacó” al árbitro con sus protestas reiteradas en los 18’ que jugó. Pero la “perlita” de Cáceres fue la gota que llenó el vaso, a la vista de todos le aplicó un codazo terrible y criminal a Benítez, Quiroga ni alcanzó a sacarle la roja cuando el delantero ya caminaba hacia el vestuario. Una locura, esto no le puede pasar a dos kilates como ellos con su experiencia a cuestas.

Se puede perder y quedar eliminado, pero dando todo, como lo hizo el equipo ante Juventud Unida la fecha anterior, creando innumerables situaciones de gol que luego por circunstancias del juego no entraron o por la gran actuación del arquero. Pero ante San Martín en el segundo tiempo y con el resultado en contra por el gol sobre el final de la primera parte de Oscar Giménez; Sarmiento pateó una sola vez al arco y fue el remate de Adorni que sacó el arquero por sobre el travesaño. Esto es también lo que hace ruido en el ambiente Decano, jugadores que dicen querer quedarse en la institución porque están cómodos, sin embargo en el partido clave de la temporada fallaron de una manera estrepitosa. El único que se salvó del incendio fue Mauro Alegre.

Sarmiento fue ayudado por todos los resultados habidos y por haber, ya parecía algo increíble que el equipo dependa de sí mismo faltando dos fechas y cuando no había podido ganar en las otras cuatro jornadas. Fue beneficiado por el propio San Martín, que ganaba 1 a 0, y tenía dos hombres más para jugar el segundo tiempo, sin embargo el “Franjeado” también se hizo echar dos jugadores como Benítez y Coronel en 17’, y se complicó ante la lesión del arquero Antonio. Lo dijo el propio Bandiera: “Si nosotros no ganamos no importan lo que hagan los demás”; el tema es que todos se empeñaron en ayudarlo al Decano, pero fue el propio equipo sarmientista el que no se tendió la mano.

Ahora sí tendrá que venir el tiempo del balance exhaustivo de lo que pasó, para barajar y dar de nuevo, pero con otras cartas y no con estas que quedaron marcadas en la piel del hincha por la desilusión. Vendrá el tiempo de la contratación del nuevo técnico, con él llegarán nuevos futbolistas y se irán otros tantos, el hincha volverá a esperanzarse con la nueva temporada; pero mientras tanto habrá que explicar qué pasó con un equipo que tenía todo para pegar el salto del ascenso y falló contundentemente en su propósito.